Iliada

“Imposible concebir un mundo más desabrido, aséptico y desengañado” escribe Mayra Montero en su última columna , hoy. Habla de la revolución informática que anuncia Bill Gates, que llevará a un mundo con televisión, medios y libros muy distintos a los que conocemos hoy. “Quedarán fuera los libros, los sabrosos libros tal como los devoramos”, sigue Mayra. “Los más jovenes, que se acostumbran a todo, se acostumbrarán también a eso. Lo poco que lean, porque cada vez leerán menos, lo leerán mediante una especie de cintillo que les pasará por los ojos cerrados…”

Querida Mayra, otra vez me inspiras. Acabo de leer la entrevista publicada en Diálogo con Vicente Verdú, periodista (El estilo del mundo). Acaba él de hablar de “realidad de segundo grado”, aquella creada por los medios (y la política que los utiliza), para apuntar a una realidad importada, de segunda mano. Acaba él de hablar de democracia que se ha convertido “en un sistema donde hay un día en que la genta va y vota, después un periodo de tiempo donde no controlas nada…”. Mientras que teníamos la ilusión de justicia social y solidaridad.

El mundo creado por Gates es el mismo mundo post-moderno falsamente global, en el que la uniformidad, la homogeneización del conocimiento (y de los alimentos), y la CNN-ización de la información son solamente la punta del iceberg.

En este contexto, nos lamentamos de que los jovenes lean poco. Con los libros que se publican, ese sería el mal menor, no te parece? Con los periódicos que circulan, eso es lo natural, no? Y las películas? Peor.

Y sin embargo, la tecnología de la información no microsoftesca ha producido una globalización humana, una apertura al conocimiento y a la cultura. Yo creo en este optimismo. Mira, por ejemplo, el proyecto de Luis López Nieves, una “Ciudad Seva” digital con una enorme colección de cuentos de todos los tiempos, de todas las culturas. Lo mismo está ocurriendo con la nueva cultura del compartir, y de los nuevos derechos de autor, posiblemente bajo menor control por parte de las multinacionales de los multimedios. Creative Commons es una de estas iniciativas, como lo es la respuesta de países como Brasil (el ministro de cultura es Gilberto Gil, véase la entrevista de Wired) a la apuesta de Gates: software libre, no sólo de muchos de los costos, sino de las restricciones de los gigantes informáticos. Por cada licencia de Office + Windows Brasil tiene que exportar 60 sacos de habichuelas de soja. En Bangladesh, eso sería 1,000 horas de trabajo de un campesino. Y Gil “has no doubt that the fundamentalists will fail.”

En este contexto, qué leen nuestro jovenes? La Iliada no, al menos no en las escuelas. Y lo que leen en los medios, es otra historia. Los medios dedican el 90% de su contenido a información local. De esta forma crean la falsa impresión de que el mundo se acabe aquí, que las costumbres nuestras sean universales, y si alguien no las tiene, pues, bien, que vuelva a la edad de la piedra. Resulta como una paradoja de la globalización, el que la única manera de conseguir información valiosa sea por medios, a menudos de países muy lejanos, que se consiguen, prácticamente gratis, sólo por la Web.

“Canta, oh diosa, la cólera del Pelida Aquileo; cólera funesta que causó infinitos males a los aqueos y precipitó al Hades muchas almas valerosas de héroes, a quienes hizo presa de perros y pasto de aves —cumplíase la voluntad de Zeus—desde que se separaron disputando el Atrida, rey de hombres, y el divino Aquileo.”

Lectura:
Globalización y antiglobalización, Manuel Castells.

About Antonio Vantaggiato

Professor, web2.0 enthusiast, and didactic chef.
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