Roma està de un calor insoportable. Pero anoche una caminata por Piazza Campo de’ Fiori me rejuveneció. Le expliqué a mi hija que allí quemaron vivo a Giordano Bruno, por decir lo que pensaba que era justo. Su estatua está todavía en el centro de esa bella plaza. En la mañana es un vaivén de gente con su mercado y sis flore, y la noche es un rehen de turistas y romanos de todas partes.
Berlusconi también es insoportable, sobre todo ahora que está gestionando una ley especial que le daría inmunidad penal durante su carga de premier. Y le da duro a la magistratura. Ni siquiera Clinton, en su periodo más difícil, se atrevió a arremeter en contra de los jueces… qué farsa, esta Italia en la que la izquierda ha perdido toda su “izquerdidad” y no se atreve a compararse con la izquierda de Zapatero en España, que aparece demasiado “liberalista y radical” según algunos líderes del nuevo partido democrático. Claro, pruncian estas palabras desde su barquito de vela. Es como si hubieran renunciado a su DNA.
Hoy varias personalidades protestan en contra del registro dactilar de los niños gitanos Rom, una horrible forma de discriminación étnica decidida por el gobierno y el ministro de Interiores y su razismo. Ellos cabalgan el miedo y la inseguridad de la gente y, como a menudo, le hechan la culpa a los “diferentes”. Y no se acuerdan cuando las víctmas de la discriminación, en Nueva York como en Suiza, eran los italianos.
Bueno, pero es un placer estar aquí. Esta noche acompaño a mis hijas (una adolescente, la otra de 10) al concierto de los Tokio Hotel, un grupo alemán de rock adorado por las jovencitas. Espero sobrevivir.
Mientras tanto, visito como de costumbre a Digizen, y me reflejo en su espejo! Ciao…